En nuestro primer confinamiento en el mes de marzo 2020 os habíamos hablado de uno de nuestros primeros compromisos misioneros en nuestro sector parroquial: la participación al equipo litúrgico que anima las celebraciones eucarísticas de los pueblos de nuestros alrededores (las periferias del Papa Francisco).

Ahora hemos pensado continuar con nuestra misión con las personas mayores de nuestro pueblo. Esos compromisos han sido tomados por la comunidad en la asociación CCAS. las personas visitadas necesitan muchas atenciones y cada una participa según su don y la necesidad expresada. La Hermana Marie LASO participa en la CCAS del ayuntamiento del pueblo de la que forma parte.

Compartimos una entrevista que le hacen a la Hermana María Luz Laso.

Sor María, miembro del Centro Comunal de Acción Social (CCAS).

Es fácil que ya hayáis visto por el pueblo su pequeña silueta enérgica y su dulce mirada La hermana Marie es una de las últimas residentes del Convento de Sainte Foy. Además de sus actividades relacionadas con la vida religiosa, da su tiempo a los ancianos de nuestro pueblo.

 Hola hermana Maria. ¿De dónde eres?

Nací en un pequeño pueblo de Castilla, España: Santervás de la Vega. Fué de allí donde a los 17 años conocí la congregación de Nuestra Señora de la Compasión donde estudié para ser maestra.

 ¿Cómo y por qué viniste a vivir a Francia?

La primera vez, a la edad de 20 años, me enviaron a Toulouse para aprender francés. Al mismo tiempo fui a cursos de filosofía en la universidad. Recuerdo que fue en la calle du Taur. Me quedé dos años, luego regresé a España en mi congregación.

Unos años más tarde, después del Concilio Vaticano II, la Iglesia aconsejó a las Congregaciones poco numerosas que se unieran a otras. Entonces me pidieron que fuera a Picardía, porque hablaba francés. Acepté, después de algunas dudas, y por sólo un año.

Allí, enseñé español en Compiègne. Enseguida me adapté. Tuve un muy buen contacto con los estudiantes. Todos me recibieron con los brazos abiertos. Así que me quedé allí… ¡35 años!

 ¿Cómo terminaste en Ste Foy?

En 2000, me jubilé de la enseñanza, y en 2013 decidí acercarme a una parte de mi familia que vive en la región de Toulouse. Así que me integré a la comunidad de Nuestra Señora de la Compasión de Sainte Foy.

 Y un día, llamaste a la puerta del ayuntamiento…

Me sentí un poco desocupada, así que fui al ayuntamiento para averiguar si podía ser útil. Fui muy bien recibida, por François VIVES, el alcalde, y Franck FELMANN, el ex jefe del CCAS, me ofrecieron una lista de personas mayores a visitar. Hoy, los visito regularmente, hablo con ellos, los ayudo si es necesario.

 ¿Tienes otras actividades?

¡Claro! Formo parte de un pequeño grupo que se encarga de la animación litúrgica en algunos pueblos de los alrededores. Preparamos las misas dominicales, por ejemplo. También soy responsable de preparar a las familias para el bautismo de bebés.

 ¿Qué te aportan las visitas que realizas?

Como alguien que ha trabajado principalmente con jóvenes, al principio tuve un poco de aprensión. Sin embargo, el contacto con los ancianos me enseña mucho. Aprendo a entenderlos, a escucharlos a estar con benevolencia, a no juzgar.

A veces mi presencia puede ayudar a calmar algunos conflictos, entre vecinos o familiares. La gente a veces me confía cosas que no confiarían a nadie más. ¡Me hacen sentirme útil!