Todos conocemos la realidad de crisis que vive el país hermano de Venezuela. A raíz de esta situación, en Lima-Perú se encuentran el 85% de venezolanos en calidad migratoria, más o menos 800 mil (dato a julio 2019).
Desde el año pasado la comunidad de Ate, se planteó cómo colaborar en esta realidad. Después de diálogos y búsqueda con otros, se presentó al Consejo un Proyecto de acogida, se acondicionó una parte de la casa para tener la posibilidad de acoger a 4 personas. En dos cuartos con baño completo y un comedor y patio común.
El 2 de julio del 2019, hemos acogida a la primera señora venezolana de 37 años, Marinelis. Ha dejado a dos hijos en su país uno de 15 años (varón) y la niña de 6 años.
Para este proyecto, hemos entrado en un trabajo en redes con organizaciones que de manera coordinada están haciendo una labor humanitaria, la “Asociación Encuentros” es el Servicio Jesuita de la Solidaridad y “ACNUR” es la Agencia de la ONU para los Refugiados. No es que todos sean refugiados en este momento, pero es una salida para que puedan mantenerse en el país. Y para aquellos que se les ha vencido el Permiso Temporal Provisional deben hacer los trámites para tener la Calidad Migratoria Especial Residente (CMER) que les permite continuar en el Perú el plazo de un año y trabajar.
Marinelis, sale a trabajar de vendedora ambulante todos los días desde las 7:00 de la mañana hasta las 21:30 que regresa a casa. La escucha, la calidez en el trato, el interés por lo que vive es una manera de estar cercana, acompañando este tiempo con el fin de que se vaya integrando en esta tierra peruana. Pronto cumplirá tres meses tiempo en el que debe buscar y aspirar a otra situación y con su esfuerzo y la ayuda de Encuentros será apoyada económicamente para tener otro ambiente y cumplir su sueño de traer a sus dos hijos y vivir en familia.
La comunidad de Ate (Perú)