Como a tantos otros en el mundo, el confinamiento, nos ha hecho renunciar y cambiar varias actividades, pero justamente, cuando la adversidad toca nuestro mundo, y nos obliga a cerrar puertas, es cuando la inquietud creativa nos mueve a buscar otras alternativas.

Cada año en Semana Santa, el día sábado, Soledad de María, el grupo de la CCC de Tarapoto, tenía a su cargo la oración-reflexión sobre la Madre de Compasión en la Iglesia de la ciudad. Lógicamente este año, no podía hacerse igual. Así comenzó la primera reunión a través de Zoom (aplicativo de videoconferencia), en la que nuestra Madre de la Compasión fue impulsando y animando este espacio tan interesante de oración compartida en su honor.

Desde entonces cada sábado a las 6.00 en punto de la tarde, todos y cada uno, dejamos cualquier otra ocupación y nos disponemos a esa oración-reflexión en la que la realidad que vivimos está tan presente.

No hay duda de que nuestra Madre va trenzando tantas vivencias que nos alientan. Vaya un pequeño ejemplo como muestra.

“Una de las hermanas laicas que participa de este espacio, fue al mercado a comprar lo necesario. Cuál no sería su extrañeza al escuchar el grito de una pobre mujer que decía: ¡Virgen María, ten compasión de mí que me muero de hambre”! Este grito entró en el corazón de la hermana y aun reduciendo lo necesarios para ella, compró varios víveres y le entregó a la mujer. Esta no sabía cómo agradecérselo. Cuando llegó a su casa, contó lo sucedido a su esposo y este sonrió complacido.

Dos días después, cuál no sería su sorpresa cuando vio en la puerta de su casa a la mujer, que le llevaba unos cuantos víveres diciéndole que había recibido el bono del Estado y que lo primero era agradecerle a quien en su momento más crítico de su vida le había ayudado, para eso había investigado dónde vivía su bienhechora. Esta no quería por nada recibirle pues sabía que la mujer vivía en extrema pobreza, sin embargo, la mujer le decía que si no le recibía heriría para siempre su corazón”

Así son las obras del Señor. Su generosidad queda patente en los pobres, que son como los ojos de Dios.

Seguimos pues laicos y hermanas con estos encuentros que nos ayudan y alegran a vivir el seguimiento al Señor de la mano de María Nuestra buena Madre, en estos tiempos difíciles del confinamiento.

Varios hermanos de la CCC se ven privados de participar de este espacio por carecer de Internet. Pero una vez más el deseo de estar juntos está motivando el que a través de whatsApp, todos los domingos tenemos una cita a las 10 am para orar el evangelio del día ¿No es esta otra puerta abierta?

Cdad de Tarapoto – Perú