¡Celebración en toda la congregación y en Villaverde por estos 202 años de fidelidad al carisma que Mauricio Garrigou nos legó y del que somos responsables que no se apague!

En Villaverde, además 8 hermanas celebrábamos 50, 60, 65 y 70 años de los primeros votos. ¡Ahí es nada! Sin duda alguna era un día de acción de gracias a Dios con mayor énfasis, dada la grandeza y fidelidad de Él y nuestra pequeñez.

El símbolo que se hizo y se ofreció en el ofertorio, recoge lo que de algún modo han sido y son nuestras vidas. Una TRENZA que representa cómo en la vida de cada una están entrelazadas y mezcladas: la presencia de Dios, nuestro pecado, nuestro ardor en la misión, las tareas que hemos realizado, la fragilidad que palpamos y la esperanza que nos mantiene.

A cada una de las que “renovamos” nuestro compromiso de permanecer en la congregación, se nos entregó una llama y se nos invitó a seguir ardiendo, luciendo, iluminando, alumbrando, avivando, encendiendo…

Este día especial de acción de gracias ¡cómo no compartirlo con las comunidades de Madrid, 30 hermanas! Con esta celebración los lazos fraternales se estrechan, la unión de corazones se palpa y experimentamos la fuerza para seguir caminando en la única misión encomendada: SEGUIR AL JESÚS COMPASIVO en la realidad en la que estemos.

Y, como “las fiestas se notan en la misa y en la mesa”, no podía faltar la merienda compartida y la conversación distendida.

De una u otra forma, ese día toda la familia compasionista nos sentimos unidas en la acción de gracias al Dios Padre/Madre lleno de ternura y misericordia e invitadas a transparentarlo en nuestras vidas.