Parece que fue ayer y ya pasaron 21 años. Antes de la pandemia lo habitual era reunirnos los segundos domingos de cada mes, en las reuniones generales o las extraordinarias; eran momentos que compartíamos como una gran familia, comprometidos con el carisma de la Compasión que con mucho amor nos inculcan las Hermanas Religiosas de Nuestra Señora de la Compasión. Ahora durante la pandemia se suspendieron todas nuestras reuniones presenciales, pero eso nunca fue un impedimento, ya que, continuamos desde el 2020 con las reuniones virtuales que con mucha alegría compartimos.

Este 2021 es un año muy difícil por tantas pérdidas, pero a pesar de ello nos hemos fortalecido, somos una comunidad orante, de laicos y religiosas unidos en oración. Nos hemos solidarizado con quienes vieron partir a sus seres queridos y con quienes enfermaron, apoyándonos espiritualmente y también materialmente con quienes así lo necesitaban, todos supimos responder con nuestro granito de arena.

“Estuve como vacía porque perdí a mi madre, no por el virus, pero creo que la pandemia contribuyó para que mi madre sufra de un infarto, ya que se encontraba preocupada y triste por no poder tener visitas. Por el momento estoy más tranquila porque estoy vacunada y me sigo cuidando ya que hay que ser conscientes de

que este virus se quedará por buen tiempo entre nosotros. Creo que con fe en Dios y oración me está ayudando para salir adelante, ruego que todos mis hermanos de la CCC estén por el mismo camino” (Lidia).

“Yo también perdí a mi mamá fue complicada su salud (no virus) ya que en este tiempo de pandemia estuvimos alejados por motivos de salud, sin embargo, desde que fui invitado a la comunidad de la CCC y de Corazones Compasivos, me siento acompañado con todas las oraciones, siempre atentos a compartir por la salud de todos los hermanos. Ahora me toca pedir especialmente por la pronta recuperación de nuestro hermano Eduardo Orrego y por el nieto de nuestra recordada Margarita. Se que, con fe en Dios, este tiempo de pandemia terminará. ¡A seguir cuidándose!”(Eduardo).

“Al igual que mis hermanos en Cristo, yo también perdí en menos de 4 días a mi hermana mayor y a mi cuñado. Fue muy difícil para mi madre y mis hermanos y por supuesto para mi aceptar esta situación. La impotencia de no poder hacer nada para ayudarlos y ver que esta maligna enfermedad se los llevaba, caló mucho en mí. Gracias a

Dios y a la oración de todos ustedes, ya estoy más tranquilo y veo la vida de otra forma. No nos queda que seguir adelante con fe y optimismo” (José).

“Muchas veces me preguntaba como en una familia pueden irse tantos miembros en un cerrar de ojos, yo decía: pobres de ellos, hasta que me tocó vivirlo. En una semana perdí a mi tía, hermana de mi papá, a su esposo y a dos tíos más, hermanos de mi mamá. Te preguntas entonces ¿Por qué? ¡¡¡Quisiste hacer algo por ellos y no pudiste!!! El personal de salud no se abastece, el oxígeno se acaba y el dinero no alcanza, era lo único que escuchaba. Y lamentablemente tienen que partir y te quedas sin poder ni despedirlos y menos abrazarlos. Definitivamente fueron, son y serán tiempos muy difíciles que sólo los cristianos como mucha fe podemos superarlos y aceptar la voluntad de Dios y seguir adelante (Margoth).

“Perder a nuestra recordada Sabina fue difícil para todos, ponernos en el lugar de Toshi y sus hijos fue muy triste. Creo que cada uno lloró en silencio su partida, pero todos nos fortalecimos recordándola con alegría como siempre fue ella. Nunca olvidaremos su sonrisa, sus bromas y sus ganas de vivir, sobre todo cuando nos contaba con alegría las ocurrencias de sus

nietos. ¡¡¡Siempre te recordaremos Saby!!! Serás nuestro ángel. Un abrazo hasta el cielo” (Anónimo).

Nosotros como hermanos y amigos de esta extraordinaria comunidad, no nos daremos por vencidos, seguiremos unidos espiritualmente suplicando a nuestro Dios Compasivo, nos libre pronto de esta maligna enfermedad y de las nuevas cepas. Seguiremos en oración apoyándonos unos a otros y tratando de servir a los demás en lo que podamos. Estamos seguros que, con la mano de Dios, lo lograremos.

“COMUNIDAD CORAZONES COMPASIVOS”