El Perú en estos últimos tiempos está pasando por uno de los escenarios más difíciles de su historia en torno a la corrupción y el blindaje político tan arraigado en los grupos de poder e instituciones del país.

Ante esta coyuntura política que vive nuestro pueblo, la Conferencia Episcopal Peruana hizo su pronunciamiento: “No se puede tolerar más convivir con la corrupción. Por ello, urge eliminar este flagelo de forma inmediata y canalizar el rechazo de la sociedad hacia el fortalecimiento reconstructivo de las instituciones, garantizando el Estado constitucional de derecho y un sistema de justicia íntegro, honesto e independiente que imponga sanciones efectivas a los que sean penalmente responsables, en el marco de la legalidad y el respeto al debido proceso. La justicia es para todos y nadie debe eludir su responsabilidad frente a la ley”. (22/11/2018)

El Presidente Martín Vizcarra ha presentado al Congreso, Proyectos de Ley que favorecen la lucha contra la corrupción y hasta el día de hoy no han sido aprobados en su totalidad. El pueblo entero manifiesta indignación, rechazo y desconfianza en la justicia y en los líderes políticos. Razón por la cual se ha visto obligado a salir a las calles a gritar una y otra vez, “el cierre del Congreso”. Y era de esperar que el 28 de Julio fiesta de nuestra Independencia el Presidente del país en su discurso a la Nación propusiera cerrar el Congreso, pero la propuesta presidencial fue adelantar las elecciones generales para el 2020 con el fin de acortar el periodo tanto para el Gobierno como para los congresistas y no esperar el término de su mandato el 2021.

Ante esta realidad que toca directamente el corazón de Dios y de nuestro pueblo, nos sentimos llamadas a vivir la Compasión cuidando la vida y “no acaparar ni despilfarrar los bienes de la creación”, manteniendo actitudes solidarias frente al dolor y sufrimiento de las personas que se sienten engañadas, frustradas frente a un país que opta por la justicia y la verdad.

Comunidad de los Rosales
Lima