Desde Yaundé, la comunidad de Hermanas de Nuestra Señora de la Compasión, os contamos la experiencia que hemos vivido compartiendo vida y misión con Nicole, Irene, Ana, Pilar y José Mary, voluntarios que han venido últimamente. Los hemos recibido en tres ocasiones diferentes.
La experiencia con matices diferentes, según los talentos de cada grupo o persona, ha sido enriquecedora por ambas partes y digna de repetir.
Los voluntarios han podido conocer y participar en la misión de Compasión que las hermanas desarrollamos: Centro de Salud, Biblioteca de Jóvenes, Foyer de la Esperanza y con los jóvenes de la cárcel.
La creatividad y entrega han sido características de cada momento. Cada uno ha aportado lo que sabía: deporte, juegos, diferentes artesanías, charlas educativas, Primeros Auxilios y trabajo en el huerto… la sintonía ha sido grande y en más de una ocasión las lágrimas expresaban un sentimiento profundo. Dependiendo de grupos han participado y hasta preparado a veces, las oraciones comunitarias. En este caso, la comunidad experimentamos un dinamismo espiritual que nos rejuveneció a nosotras. Por su parte han valorado la casa compartida, el estilo de misión y nuestra disponibilidad. Viendo diferentes realidades y carencias, algunas han colaborado con dinero para continuar con algunas personas más necesitadas. Gesto que agradecemos, pues tratándose de jóvenes, sabemos que sus economías son cortas. Gracias!
Este año debido a la situación que vivimos… y aunque había tres jóvenes preparándose para venir, lo dejaremos para el año que viene. Estamos esperanzadas por descubrir el vino nuevo que nos traiga este tiempo pos pandemia!
La Comunidad de Yaoundé en Camerún