Formamos una comunidad de 19 hermanas, tenemos la oportunidad de vivir la misión hasta el final de nuestra vida en la casa donde nació la Congregación, en el centro ciudad de Toulouse.
Somos todas retiradas pero “activas” ya que cada hermana pone su talento al servicio de los pensionistas que están al EHPAD. Es un lugar muy favorable para vivir la Compasión para los enfermos, en final de vida.
Cinco hermanas son benévolas en Asociaciones caritativas y humanitarias como la Ayuda Católica.
En un espíritu de simplicidad, nuestra comunidad es acogedora a todas las personas que vienen a visitarnos y compartir un momento de rezo con nosotros.
Nuestras puertas están abiertas a distintos grupos para encuentros parroquiales o profesionales.
Nos ayudamos a crecer en la fe, por la vida compartida entre nosotras, y por la vida de rezo que nos reunida cada día, en particular para la celebración de la eucaristía.
Nuestra alegría es grande cuando las hermanas de distintos países vienen a la Casa Madre, así nosotras participamos plenamente la vida de la congregación.
En este año de la “Vida consagrada” queremos vivir el presente con pasión como le dice Papa Francisco y eso en el diario de nuestras vidas.