Adviento siempre fue una puerta de salida para vivir la espera del Misterio de la Navidad.
Celebrar este Adviento de 2020 puede ser momento importante para vivir desde dentro nuestro ser compasionista, desde lo hondo, este año en que vivimos un invierno escaso en celebraciones comunitarias, pero rico en almacenar experiencias de breves encuentros, de palabras, de sorpresas dulces, de gestos llenos de vida, de video-llamadas, de cercanía, de positividad que no nace de las cosas y de las personas –que son siempre las mismas-, sino de la mirada fresca y renovada de cada una de las Hermanas.
Y esto no hay pandemia que nos lo impida.
No corren malos tiempos en nuestra Comunidad de Beloso, pues sobre ellos está la mirada serena de nuestro Dios.
Y hoy en el inicio del Adviento nos unimos a vosotras con estas palabras del Padre Mauricio: “Lo que les deseo y pido para cada una es que imiten sin cesar, y sobre todo esta noche santa, la fe humilde y dócil de los pastores: gente sencilla … que no sabe de razonamientos, pero que, todos sin excepción, a imitación de los ángeles, rivalizan para llegar a Belén y contemplar las maravillas de la cueva.”
I. Berzosa