Los caminos de Dios enrumbaron mis pasos sin previo aviso a mi tierra, debido a que el Covid se hizo presente en la comunidad del Valle en las personas de Mary Zurita y Antonia Mareque fueron días de desasosiego y preocupación, acompañando a Trini en sus tareas y atención del barrio. Hoy gracias a Dios puedo decir que se han recuperado totalmente con las oraciones de tantas hermanas y gente muy querida que se hicieron solidarias y así juntas hemos podido preparar la celebración de estos 50 años de la Compasión en Venezuela.
En la Eucaristía de Acción de Gracias celebrada por el Padre Pedro Trigo el domingo de 16 de mayo en la Capilla del barrio el 70, pudimos decir que fueron 50 años, que se dice rápido, pero que han significado mucha vida entregada por tantas hermanas que nos han precedido. Fueron más de 20 hermanas que sembraron la Compasión en nuestro pueblo venezolano, que, con su característica particular de acogida, generosidad, gratitud, compasión, sencillez han tendido tantos lazos fraternos, humanizantes y solidarios que continúan dejando huella en las personas sencillas necesitadas de escucha, de una palabra cercana, de luchas solidarias (en el ámbito de la educación, del sector obrero, de nuestros barrios, de DDHH, de las Cebs) de un ser vecinas y compartir el pan….
Una de las particularidades de la COMPASIÓN es que es “contagioso”, es una forma de ser que se adhiere a nuestro ADN. Nuestro Dios es un Dios de compasión, y la compasión – podemos decir – es la debilidad de Dios, pero también su fuerza. Lo que más nos da a nosotros: porque fue la compasión lo que lo movió a enviarnos al Hijo. Es el lenguaje de Dios, la compasión… Con estas palabras se nos invita a hacerlo vida en nuestras vidas y eso, nuestras hermanas, se han encargado muy bien de testimoniarlo y compartirlo, ¿cuántos hechos de vida podemos relatar que reflejen toda esta vivencia? (estaríamos de seguro horas…) y también de la misma forma como hermanas de la compasión hemos aprendido mucho de nuestr@s herman@s laicos. Han sido, en este tiempo, muchas las muestras de solidaridad, cariño, oración, preocupación mostrados por todos.
Por todo esto seguimos dando gracias junto a la Congregación porque el Espíritu de la Compasión sigue vivo, compartido y presente en todas las realidades de nuestros pueblos y hoy de manera especial en Venezuela.