La comunidad de hermanas, vivimos en el recinto escolar.
Nos hacemos presentes en las distintas actividades que realiza el Colegio, así como en la Fundación Compasionista del mismo.
Desde nosotras, el último día del curso escolar, 3 de julio, preparamos la oración de la mañana, a la que asistió la comunidad educativa.
El evangelio de Mateo 11,25-30, recogía TRES LLAMADAS DE JESÚS:
- «Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré».
- «Cargad con mi yugo, porque es llevadero, y mi carga, ligera».
- «Aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras vidas».
Espontáneamente, fuimos participando y compartiendo también, la acción de gracias, por lo vivido durante el curso.
El desayuno, siguió en la misma tónica de comunicación, de convivencia muy agradable.
La pandemia, ha agravado más, las necesidades básicas de algunas familias.
La Fundación Compasionista, ha salido al paso y nosotras, la comunidad, hemos colaborado también en estos momentos: económicamente y en la entrega de alimentos.
Del 15 de mayo al 15 de julio, semanalmente, los miércoles por la tarde, se hacía la entrega de dos bolsas de alimentos diversos. Semanalmente, se variaban los alimentos.
Miembros de la Fundación, se encargaban de comprar y recoger los alimentos y de organizar los datos de cada familia.
Cada familia, el miércoles, mediante el carné se identificaba y se le hacía entrega de las bolsas.
Todas las familias, expresaban su agradecimiento a la Fundación Compasionista.