Ámbito de inclusión social
El amor de COMPASION, amor samaritano, está atento a las cunetas de los caminos donde hoy y siempre se encuentran víctimas de la injusticia, de la violencia, la indiferencia y el olvido.
Por eso en cada momento de la historia las Hermanas de la Compasión nos sentimos llamadas a reconocer los distintos rostros de la exclusión, la vulnerabilidad, la fragilidad para hacernos presentes en esas realidades y aliviar sus sufrimientos en todas las formas posibles: la acogida, la cercanía, la promoción, sanación o perdón, la lucha organizada con otros, el acompañamiento o la denuncia…
Hoy muchas hermanas buscan ser testigos de este amor compasivo en diversas presencias y servicios:
- Como voluntarias en asociaciones, servicios o proyectos diocesanos, ONGs:
- Con emigrantes, personas sin hogar, “sin papeles”, presos y presas, drogodependientes, enfermos de VIH.
- Con familias en situación de pobreza y en procesos de reinserción social.
- Con niños de la calle, abandonados y niños trabajadores; con jóvenes estudiantes sin recursos, o menores encarcelados.
- Con ancianos y personas discapacitadas o con enfermedades mentales en residencias o centros específicos.
- A través del desarrollo de proyectos propios de promoción e inclusión a través de apoyo escolar para niños y jóvenes, comedores, bibliotecas y botiquines populares, campañas de salud en zonas rurales, etc…
- Participando en plataformas críticas y movimientos ciudadanos de lucha social, inicativas populares de formación y compromiso, campañas o programas contra la trata de personas, en favor de los derechos humanos, de la soberanía alimentaria y el consumo responsable y otras iniciativas diversas.
- Viviendo insertas:
- En barrios pobres o marginalizados, asentamientos, cerros, en distintos países y realidades.
- Como usuarias en residencias de personas mayores cuando la edad y la salud nos hacen más dependientes y necesitadas.