En la presentación de nuestra misión en la página web decimos “desde siempre el Instituto ha querido ser fiel a sus orígenes pero, como es lógico las formas han ido cambiando y adaptándose al momento y a los distintos países en los que se ha ido estableciendo” Aquí en Venezuela nos hemos ido adaptando también a la disminución numérica de Hnas, aumento de las edades de las mismas y a la realidad que en estos momentos estamos viviendo.

Estamos en el barrio como una presencia de servicio, acogida y apoyo, a las iniciativas de organización, cultura y formación, que surgen de las distintas “Misiones” (Programas y Proyectos Socio-Culturales) que se promueven desde el gobierno.

Estas organizaciones son las que hacen posible que las ayudas del Gobierno lleguen a los más necesitados del barrio, en especial la de alimentación y los distintos bonos económicos. Todos los que en ellos participan, son muchas las horas de trabajo que dedican gratuitamente al servicio de los más necesitados, con un gran sentido de solidaridad – compasión.

Años atrás nosotras éramos las que promovíamos, iniciábamos, organizábamos, … este tipo de actividades, hoy surgen desde otras instancias y podemos seguir aportando lo que tenemos y de lo que todavía el barrio carece: “los espacios” para que se realicen las reuniones de Los Consejos Comunales y Comités del CLAP, en el estacionamiento y salón de nuestra casa. Espacios en los que además se desarrollan, talleres de manualidades, costura, etc. para mujeres, danza folclórica para niños y distintas actividades de catequesis.

Esta casa de Puertas abiertas nos permite ser testigos de cuanta compasión y ayuda se da entre la gente con la que compartimos nuestra vida y como el Señor se hace presente entre nosotros.